En el vestidor, dos jóvenes se preparaban para el enfrentamiento. A la izquierda, Ana, con un bikini verde adornado con patrones de hojas brillantes. Sus pendientes rosados brillaban a juego con sus labios. A la derecha, Estela, vestida con un bikini de colores vibrantes que parecía un lienzo abstracto lleno de pinceladas. Sus ojos delineados intensamente le daban un aire misterioso.
Antes de salir, Ana miró su reflejo, tomando una bocanada de aire y soltándolo lentamente, tratando de controlar su nerviosismo. Estela, en cambio, sonrió ante su imagen, su confianza irradiaba en el pequeño espacio.
El ring estaba montado en medio de un exuberante jardín privado, rodeado de palmeras y con el sonido del agua de una cascada cercana. No había público, solo el susurro del viento y el murmullo del agua.
Al entrar al ring, las dos se midieron con la mirada. Sin mediar palabra, comenzaron. Ana intentó un takedown, pero Estela esquivó y respondió con un arm drag, haciendo que Ana cayera de espaldas. El estiramiento del bikini de Ana dejó ver más de su abdomen mientras Estela intentaba inmovilizarla. Los gemidos de dolor de Ana eran audibles mientras Estela aplicaba presión.
Estela luego intentó un Boston Crab, flexionando la espalda de Ana al límite. La tela del bikini de Ana se estiraba con cada movimiento, sus piernas luchaban por liberarse. "¡No me rendiré!", gritó Ana, su rostro mostrando una mezcla de determinación y agonía.
Después de varios minutos, Ana logró zafarse, aprovechando un momento de distracción de Estela. Se levantó rápidamente y atrapó a Estela en un sleeper hold. Estela luchó con todas sus fuerzas, su bikini de colores brillantes se movía y se estiraba con cada intento de escapar. La cara de Estela se tornó roja mientras sentía cómo el aire se escapaba de sus pulmones.
Finalmente, en un giro sorprendente, Estela logró aplicar un suplex a Ana, dejándola inmovilizada. Con Ana en el suelo, Estela aplicó un sharpshooter. Ana gritó, su espalda y piernas se contorsionaban bajo la presión. Después de lo que parecieron horas, Ana finalmente gritó: "¡Me rindo! ¡Me rindo!"
Estela, exhausta pero victoriosa, se levantó y puso un pie sobre Ana en señal de triunfo. Luego, sin decir palabra, se acercó y tomó el bikini verde de Ana como trofeo. Con una sonrisa satisfecha, Estela abandonó el ring, dejando a Ana atrás, derrotada y sin aliento.
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