El gimnasio estaba en silencio, solo interrumpido por el sonido de las pesas y las máquinas al fondo. En el centro, el ring parecía más imponente sin la presencia de un público. Jade y Fire se encontraban frente a frente, sus miradas intensas y decididas cruzándose.
Jade, con su traje metálico que reflejaba la luz tenue del lugar, estaba lista. Fire, con su traje que parecía estar hecho de llamas, también se preparaba para el enfrentamiento. Aunque no había espectadores, la energía en el aire era palpable.
La campana sonó y ambas se lanzaron hacia el centro. Sin el ruido de la multitud, cada golpe, cada grito y cada caída resonaba con más fuerza en el amplio espacio. Era un duelo personal y cada una sabía que solo una saldría victoriosa.
Las técnicas de Jade eran precisas y rápidas, pero Fire contaba con una fuerza que parecía inigualable. En un punto, Jade logró poner a Fire contra las cuerdas, pero esta, con una maniobra sorprendente, logró revertir la situación.
Después de varios minutos de un combate agotador, Fire intentó su movimiento especial, "El Fuego del Dragón", pero esta vez Jade estaba preparada y logró esquivarlo. Aprovechando el desequilibrio de Fire, Jade la atrapó en una llave que la dejó inmovil en el suelo.
El sudor recorría la frente de ambas luchadoras, brillando bajo las luces tenues del gimnasio. Jade, con una determinación férrea, había conseguido atrapar a Fire en una llave que ni la misma Fire había visto venir.
Era "El Abrazo de la Serpiente", una técnica que Jade había perfeccionado en secreto. Fire, con su espalda contra el suelo, sentía el peso y la fuerza de Jade sobre ella, inmovilizándola. Las piernas de Jade estaban enrolladas alrededor de la cintura de Fire, mientras que los brazos de Jade sujetaban con fuerza los de Fire, dejándola prácticamente indefensa.
Las emociones estaban al límite. Jade, con sus ojos cerrados, concentraba toda su energía en mantener la llave, sintiendo la adrenalina recorrer su cuerpo. Sus músculos tensos y su respiración entrecortada denotaban el esfuerzo que estaba haciendo. En su mente, una mezcla de alivio y esperanza, sabiendo que estaba a punto de lograr la victoria.
Fire, por su parte, luchaba con desesperación. La sensación de estar atrapada y la presión en su abdomen la hacían sentir atrapada y vulnerable. Sus ojos, llenos de sorpresa y frustración, miraban al techo del gimnasio, buscando una salida. Su pecho subía y bajaba rápidamente, y una sensación de pánico la invadía. En su mente, recuerdos de entrenamientos y combates pasados la motivaban a no rendirse.
Sin embargo, después de varios segundos que parecieron eternos, la resistencia de Fire comenzó a flaquear. Jade podía sentirlo, y apretó aún más la llave. Finalmente, con un grito de frustración, Fire golpeó el suelo tres veces, señalando su rendición.
Al soltar la llave, Jade cayó exhausta a un lado, mientras Fire, con la mirada aún en shock, intentaba recuperar el aliento. Ambas, en ese momento, compartían un sentimiento de respeto y admiración mutua, sabiendo que habían llevado sus habilidades al límite.
El silencio del gimnasio se llenó con la pesada respiración de ambas luchadoras. No hubo celebraciones ni gestos de derrota, solo un respeto mutuo entre dos atletas que habían dado lo mejor de sí en el ring.
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